Hace unos días lo escribí en un artículo, los mensajes que empecé a publicar hace unas semanas y que tanta aceptación han tenido los escribo en primera instancia para mi mismo, una forma de levantarme el ánimo en un periodo difícil de mi vida, el compartirlos tiene el valor adicional de poder compartir con otros un breve mensaje de esperanza que puede hacer la diferencia en la vida de una persona en un momento de necesidad.
No se trata de que mi vida sea perfecta y sea yo feliz para poder hablar de las maravillas que Dios ha hecho por mí, no se trata de presumir sobre una vida completamente llena de bendiciones o de que Dios me ama de forma especial por encima de los demás. Si tratara de declarar algo como eso no solo estaría mintiendo, sino que estos mensajes no estarían llegando e impactando a tanta gente como lo hacen.
Hay ocasiones en que las personas que están viviendo una situación de prueba, de quebranto, de dificultad son quienes pueden, al tener ese dolor vivo, compartirte algo de aquello que los ha ayudado a sanar o al menos a hacer ese malestar más llevadero.
Dar gracias a Dios es fácil cuando a uno las cosas le van bien, lo difícil es hacerlo en tiempos de necesidad, de inquietud, de miedo. Pero precisamente es en este tipo de situaciones donde Dios se manifiesta de formas más contundentes y esa presencia que puede hacer en las vidas de quienes no lo estamos pasando bien nos permite tener más frescas las soluciones que podemos aplicar a nuestras propias vidas.
Cuando uno es bendecido por Dios, ya sea que esté en un momento bueno o malo tiene la opción de convertirse en un espejo en el cual su amor, su gracia, su favor y su misericordia se refleje a aquellos que conviven todos los días con nosotros. Dice Romanos 8:28 Porque sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto también aplica a aquello que compartimos con los demás.
Te lanzo el reto de convertirte en un espejo, sea cual sea tu estado de ánimo refleja a Dios en tu vida para que se refleje de regreso convertido en bendiciones.
Convierte tus dudas en preguntas, tus preguntas en oraciones y trae tus oraciones a Dios, deja que el reflejo de su amor inunde todos los aspectos de tu vida.