Todos tenemos retos en nuestras vidas, en lo familiar, en lo económico, en lo profesional, a veces los tenemos en todos los ámbitos y ello, por consiguiente, nos puede sumergir en un estado de desesperación intensa y continua.
Pensamos en lo que nos aqueja como si nosotros pudiéramos resolver todo, hay ocasiones en que podemos hacerlo, pero hay muchas otras en que no. Esto, por si mismo no tiene nada de malo, somos humanos y tenemos capacidades limitadas tanto para lidiar con los retos como para resolverlos, es aquí donde tenemos que cambiar la perspectiva y hacer cosas diferentes, el mismo estado mental que nos metió en el problema no nos va a sacar de él.
Es un hecho, si tratamos de arreglar nuestra vida con nuestras propias fuerzas, nos vamos a topar con los límites que nuestras propias fuerzas tienen y eso, ya sabemos que no funciona porque de poder arreglar las cosas nosotros mismos, los problemas que tenemos no existirían.
Aún nuestra propia mente está limitada cuando se trata de imaginar soluciones, pero es aquí donde entra en juego el Dios de lo imposible, si hacemos memoria podremos recordar las grandes maravillas que Dios hizo para muchos, separó el mar rojo para Moisés, alimentó multitudes con unos cuantos panes y unos peces, trajo a Lázaro de regreso de la tumba y ese poder, exactamente ese mismo poder está a nuestro alcance si nos atrevemos a creer.
Cuando oras y confías en Dios, se ponen en marcha mecanismos que están más allá de tu imaginación, los problemas pueden resolverse de la noche a la mañana de formas que no imaginas. No quiero decir que aquello pasará con Dios bajando de cielo firmando un cheque que te libere de deudas, pero si cambiando las circunstancias a tu alrededor para que tengas nos los recursos para superar ese reto o bien incluso eliminando la necesidad de tener recursos para ello.
Tengo que advertirte, el precio a pagar por ello es muy alto, no hablo de dinero sino de tener que poner en práctica cosas que tal vez no hayamos usado en años, cosas como paciencia, tolerancia, fe, esperanza, pero, sobre todo el proceso te exigirá algo que no es sencillo de hacer, CREER.
No estamos acostumbrados a creer que nuestro Dios lo puede todo, lo encerramos en una caja de dudas, de desesperanza, de frustración, de tristeza y dejamos que estas invadan cada espacio disponible en nuestras vidas, lo cual, dicho sea de paso, es lo peor que podemos hacer.
Si te das una oportunidad de creer, Dios puede hacer cosas maravillosas en tu vida, el momento de pedirle a Dios que tome el control de las cosas que te quitan el sueño es justo ahora, se que eres una persona práctica, entonces, si a tu esfuerzo personal le añades una generosa dosis de fe en Dios y te atreves a creer que Dios lo puede todo, estarás más cerca de tu meta de lo que t mismo puedes imaginar. Es cosa de imaginar que Dios puede borrar las primeras dos letras de a palabra imposible y convertirlo en posible.
Convierte tus dudas en preguntas, tus preguntas en oraciones y trae tus oraciones a Dios, no lo pienses dos veces, Dios está esperando por ti justo en este momento.